El agua tratada con ozono es una forma de purificarla y potabilizarla, es decir, un sistema de tratamiento de agua. En concreto el Ozono (O3) es un gas incoloro con fuertes capacidades oxidantes de materia orgánica, de ahí su uso para desinfectar el agua.
De esta forma se puede reutilizar, tanto para beber, como para el riego. Incluso se pueden instalar pequeños mecanismos para tratar el agua con ozono en el hogar o las peceras u otros mecanismos más grandes para las piscinas.
El tratamiento del agua con ozono se basa, como decíamos, en la gran capacidad de oxidación que tiene este gas sobre la materia orgánica. De hecho, después del fluor es el elemento con mayor capacidad de oxidación.
Lo cual produce una destrucción bastante rápida y eficaz de todo lo que son microorganismos, incluidos los temidos virus y bacterias. De este modo se obtiene un agua libre de gérmenes apta para su uso en los términos mencionados anteriormente.
Las ventajas del agua tratada con ozono son diversas, así como notable su mayor eficiencia frente al cloro. Siendo este último el desinfectantes de agua más común y usado.